sábado, 4 de junio de 2016

¿Es posible que una planta crezca en el espacio? 





En 2010 científicos enviaron plantas a la estación espacial internacional. Pequeñas flores de Arabidopsis thaliana, fueron el objeto de un experimento para observar la reacción de las raíces depositadas en un entorno sin gravedad.

Aunque la gravedad ejerce una gran influencia sobre el crecimiento de las raíces, los científicos se han dado cuenta de que esto no afecta al florecimiento de estas. El equipo de investigación de la Universidad de Florida en Gainesville piensa que esto está relacionado con la capacidad inherente de una planta para orientarse a medida que crece. En las semillas germinadas en la Estación Espacial Internacional han brotado raíces que se comportaron como lo harían en la Tierra, desplazándose cada vez más lejos de la semilla para buscar nutrientes y el agua exactamente con el mismo patrón observado en zonas con gravedad. El experimento financiado por la NASA sugiere que las plantas siguen manteniendo un instinto terrestre cuando no tienen a la gravedad como guía. Las flores fueron cultivadas un gel rico en nutrientes.Para estudiar el efecto de la gravedad en estas plantas, se utilizó un programa especial que capta imágenes con una cámara fotográfica a intervalos regulares de crecimiento.

Los resultados de esta investigación muestran que, en ausencia de gravedad pero con luz, las raíces permanecieron fototrópicamente negativas, creciendo en la dirección opuesta del crecimiento del tallo, como lo hacen en la Tierra. El camino recorrido por las raíces en su crecimiento se guía con los complejos patrones de ondulación e inclinación, características de la Tierra y la influencia de la gravedad. Además, mientras estaban en órbita, cada cultivo conservaba un patrón único de inclinación terrestre.

Sin embargo, el equipo observó que el grado de ondulación mostrado por las plantas en el espacio no coincide con lo que se preveía con las raíces de plantas cultivadas en la Tierra. En el espacio, la ondulación era mucho más sutil. Este resultado refuerza la idea de que la ondulación e inclinación representan dos fenómenos separados, y que la gravedad no funciona como parte mecánica sobre estos dos procesos.

Se supone que esas diferencias de desarrollo de las plantas podrían representar un problema en misiones largas.

Los principales cambios que sufren las plantas en el espacio son:

Diferencias en el crecimiento y alteraciones a nivel celular : Como ya fue explicado, está confirmado que las condiciones de microgravedad producen anomalías. Por un lado, las raíces no siguen la pauta que siguen en la Tierra, y por otro el transporte de una hormona tan importante para el crecimiento como la auxina depende de la gravedad. En las primeras etapas de desarrollo de la planta cuando más se aprecia esta diferencia.

Se ha descubierto que se producen algunas alteraciones relacionadas con la división de las células cuando están en condiciones de microgravedad y en unas regiones claves conocidas como meristemos. La célula se divide antes de tiempo y el resultado es la presencia de células más pequeñas de lo normal y más numerosas". Esto podría explicar por qué en las primeras etapas las plantas son más largas en el espacio.

En el espacio las raíces son sensibles a la luz roja, cosa que en la Tierra no pasa. Este cambio viene producido por una expresión diferente de ciertos genes que cambia el comportamiento de la planta.

También la forma en que los nutrientes se desplazan por el interior de la planta se ve afectada debido a la ausencia de gravedad. La planta sobrevive porque no todo el trasporte de nutrientes se basa en este sistema y los procesos de transporte son mixtos y también se produce de célula a célula. La respuesta de la gravedad ( gravitropismo) se produce porque las plantas han desarrollado unos orgánulos celulares específicos llamados estatolitos para detectarla y reaccionar.

En mayo de 2014 se creó la instalación de crecimiento vegetal llamada Veggie en la  Estación Espacial Internacional (ISS) como una forma de aprender sobre la manera de operar los cultivos. Ese conocimiento sería importante para las futuras misiones de larga duración, como sería ir a Marte.

En ISS ha Csido culticado primeramente una especie de lechuga romana roja, de la que se alimentan los astronautas. No fue fácil lograr que una simple lechuga creciera en condiciones de microgravedad. "Perdimos dos plantas debido a la sequía en la primera cosecha", indicó Trent Smith, director de este proyecto, denominado Veggie.

La lechuga fue la primera “cosecha” realizada en 2014, pero los astronautas no lo probaron, sino que antes recolectaron una muestra, la congelaron y la enviaron a la Tierra para su análisis. La preocupación era que pudiera contener bacterias, pero tras su evaluación en laboratorios terrestres, los microbiólogos detectaron que la lechuga espacial poseía microbios muy similares a los de otro grupo de lechugas cosechadas en el planeta como “grupo control”.

El contenedor especial de la lechuga, que fue desarrollado por Orbital Technologies Corporation en Madison (Wisconsin, EE. UU.) y enviado al espacio a bordo de la cápsula de carga SpaceX Dragon, cuenta con un sistema de irrigación para mantener la humedad y unas luces especiales para ayudar a crecer a la planta.

Las semillas fueron sembradas por Kelly en la EEI y crecieron durante 33 días.

Con la experiencia adquirida los astronautas resolvieron entonces intentar cultivar una zinnia.  La zinnia, es más difícil de cultivar, según explicó el director del proyecto Veggie, Treb Smith. Las plantas han tenido algunos problemas a la hora de crecer en el espacio. . En el proceso de cultivo de las zinnias se enfrentaron a contratiempos como algunas hojas encrespadas, una indicación de estrés, según los científicos y moho en otras. Kelly tuvo que cortar las dañadas. Los astronautas pusieron un ventilador a tope para ayudar a secar el módulo de crecimiento, que se había vuelto demasiado húmedo. Dos de las plantas murieron y fueron congeladas para ser devueltas a la Tierra para su estudio. Otras dos plantas prosperaron e incluso tienen brotes sanos y hermosos.
 

"La planta de Zinnia es muy diferente de la lechuga", manifestó Trent Smith. "Es más sensible a parámetros ambientales y características de la luz, tarda más en desarrollarse, entre 60 y 80 días. Por lo tanto, es una planta más difícil de cultivar, y al permitir que florezca, en paralelo a su crecimiento, puede ser una buena precursora de una planta de tomate".

La experiencia con las zinnias podría ser el inicio de un sistema de autocultivo en el espacio para los astronautas, pues puede que su supervivencia por largo tiempo fuera del planeta dependa de ello. Desde 2014 los astronautas utilizan la lechuga cultivada en el espacio para su consumo.

El astronauta Scott Kelly es el encargado de vigilar los cultivos en la instalación creada en la ISS, dónde ya existe un pequeño jardín experimental en el módulo VEG-01.