De acuerdo con el Libro de los récords Guinness, el casuario
es el ave más peligrosa que existe. El género de aves Casuarius está compuesto
por tres especies que se distribuyen en Australia y Nueva Guinea: Casuarius
casuarius, Casuarius unappendiculatus y Casuarius bennetti. El Casuarius
lydekkeri fue una espécie que habitó en Nueva Gales del Sur, Australia, durante
el Pleistoceno. Actualmente está extinta.Es el más pequeño de los casuarios.
Son aves solitarias no voladoras que viven en la selva
lluviosa tropical, donde se alimentan de las frutas caídas, de algunos hongos y
pequeños animales. Su plumaje negro está formado por plumas ásperas, algunas de
ellas terminan en filamentos como pelos. El cuello es de color azul y rojo
(carúncula) y tienen una gran protuberancia ósea sobre la cabeza, llamada
casco, que puede dar protección al ave en los momentos en que el animal se
desplaza entre la densa vegetación de su hábitat.
El casuario de Ceram (Casuarius casuarius) es considerada
como una de las aves más agresivas de todo el planeta. Son especialmente
violentas en época de cría, cuando defienden fieramente su territorio contra
los intrusos. Los pichones son cuidados por los padres durante nueve meses. El
macho se hace cargo de la incubación, pero ambos progenitores cuidan a las
crías. Los casuarios son muy tímidos, pero cuando se les provoca son capaces de
infligir lesiones, en ocasiones fatales, a animales y personas.
Sus garras potentes, pueden causar serias heridas incluso en
los seres humanos, saltando hacia adelante y clavándolas en la presa. También
pueden emplear su duro casquete en los ataques. Su aspecto y su fiereza han
hecho que estas aves recuerden mucho a un velociraptor, un conocido dinosaurio
bípedo y carnívoro. Si un macho adulto se yergue completamente, puede rebasar
sin problemas a una persona de 1,65 metros de altura. Llegan a pesar más de 50
kilos. Las hembras adultas son todavía mayores y pueden pesar más de 75 kilos. Sin
embargo, los casuarios parecen más pequeños porque caminan inclinados, con la
columna paralela al suelo.
Todas las fuentes indican que los ataques de casuarios a
humanos y perros son frecuentes, con resultados que van desde arañazos hasta
costillas rotas. La última víctima mortal de la que se tiene conocimiento se
produjo en 1926.
La única muerte humana documentada fue causada por un
casuario el 6 de abril de 1926. Phillip McClean de 16 años de edad y su hermano
de 13 años se encontraron con un casuario en su propiedad y decidieron tratar
de acabar con él golpeándolo con palos. El pájaro dio una patada al muchacho
más joven que se cayó y se escapó mientras su hermano mayor golpeaba al pájaro.
El McClean mayor tropezó entonces y cayó al suelo. Mientras estaba en el suelo
el casuario le dio una patada en el cuello, abriéndole una herida de 1,25 cm
(0,49 pulgadas) que pudo haberle cortado la vena yugular. El niño murió de sus
heridas poco después.
En el norte de Australia, el casuario ejerce un papel
crucial en la conformación del bosque.
Como mayormente se alimentan de frutas y su digestión es muy
ligera, las semillas de lo consumido son expulsadas intactas. Por eso tienen un
importante papel en su ecosistema, son
importantes dispersores de semillas en los bosques que habitan.
La Ryparosa kurrangii, por ejemplo, es un árbol que solo se
ha localizado en una pequeña región del bosque lluvioso costero de Australia.
Un estudio reveló que si no pasan por un casuario, solo germinan un 4 % de las
semillas de Ryparosa, mientras que si estas aves las ingieren y defecan, la
cifra es del 92 %. (Se ignora el porqué.)
Si el casuario llegase a desaparecer, la estructura del
bosque experimentaría un cambio gradual. Algunas especies arbóreas perderían
extensión, y otras probablemente desaparecerían por completo.
En Australia, esta ave forma parte de la lista de especies
en peligro de extinción; Se estima que existan entre 1.500 y 2.000 individuos,
pero no se conoce la cantidad exacta. El Casuario de Ceram está en peligro de
extinción debido a la pérdida de su hábitat, el cual se estima que se ha reducido
hasta solo quedar un 25% de su extensión original. Otra causa de muerte
constante de individuos de casuarios son las colisiones con los vehículos en
las carreteras, que atropellan decenas de estas aves cada año, y en menor
medida la caza y las enfermedades.