El tardígrado u oso de agua es la criatura más resistente del
planeta. Constituyen un filo de Ecdysozoa dentro del reino animal,
caracterizado por ser invertebrados, protóstomos, segmentados y microscópicos. Fueron
descubiertos ya en 1777 por J.A.E. Goeze, quien les llamó tardígrados, que
significa algo así como “los del paso lento”. Son más conocidos como ositos de
agua porque así los llamó Goeze (Kleine Wasser-Bären) al verlos en el
microscopio, ya que por su andar, parecen pequeños osos.
Los adultos más
grandes pueden verse a simple vista porque llegan a alcanzar un largo de 0.5 mm
de media. Sin embargo, los más pequeños pueden medir 0.05 mm solamente.
La mayoría de los tardígrados viven fundamentalmente en la
película de agua que cubre los musgos, líquenes o helechos, aunque también
pueden llegar a habitar aguas oceánicas o de agua dulce. Son animales tan
resistentes que se los puede encontrar habitando absolutamente cualquier rincón
del planeta Tierra. Aunque son acuáticos, pueden pasar décadas sin agua
sustituyendo este elemento por un azúcar llamada trehalosa. También puede
resistir temperaturas extremas. Desde
las más profundas oscuridades de los océanos a lo más alto de los Himalayas,
pasando por regiones manantiales de agua hirviendo a lo más gélido de las zonas
árticas, así como también desiertos y por supuesto, la espesura de las selvas
tropicales. En 2007, unos investigadores suecos enviaron unos cuantos en la
misión Foton M-3 de la Agencia Espacial Europea. El resultado fue que no sólo
sobrevivieron al vacío espacial y a la radiación provocada por los rayos
cósmicos, sino que las hembras fueron capaces de poner huevos y engendrar
crías. Un diminuto espacio líquido o húmedo les es suficiente como para
sobrevivir por un largo tiempo.
Su secreto está en su posibilidad para deshidratarse y
prácticamente, morir de forma momentánea. Los osos de agua pueden perder el 99%
de agua de su cuerpo e ingresar en un complejo estado de animación
temporalmente suspendida. Si hace demasiado frío o demasiado calor, puede
anular todos los sistemas de su organismo hasta que las condiciones mejoren y
entonces volver a su estado natural. Pueden soportar temperaturas mínimas de
hasta -200 °C y máximas de 150 °C, y una radiación nuclear de 570.000 roentgen
(con 500 roentgens los humanos moriríamos) y pueden pasar más de 120 años sin
agua. Existen cerca de 900 especies diferentes de tardígrados y la mayoría
tiene una media de vida de 200 años.
Lo tardígrados han poblado mares y tierras muchísimo antes
de que el hombre y diversas criaturas vivientes aparecieran en el planeta,
sobreviviendo las 5 extinciones masivas en la Tierra, desde hace más de 444
millones de años. Los científicos aseguran que también sobrevivirán a nuestra
extinción.
Se alimentan de bacterias
y plantas. Poseen unos dientes afilados en forma de dagas con los cuales
ensartan a sus víctimas, lo que les permite destrozar algas y animales pequeños.
Sin embargo, pueden sobrevivir sin comida por muchos años.
EXPERIMENTO REALIZADO CON TARDÍGRADOS:
“Los tardígrados aproximadamente 0,2 mm de longitud fueron
recuperados de una muestra congelada recogido en la Antártida en noviembre de
1983. En mayo de 2014 el grupo de investigación dirigido por Megumi Tsujimoto
Investigadora del Instituto Nacional de Investigación Polar en Japón descongeló
el musgo a 3 ° C por un día y se sumergió en agua durante 24 horas más. Dos
individuos y un huevo fueron recogidos de la muestra y se ha criado en placas
de agar con las algas como alimento. Uno de los tardígrados revividos y el menor
que eclosionaron desde el huevo reavivado pasó a la reproducción continua con
éxito.
Uno de los tardígrados revividos se movió ligeramente su
cuarto par de patas en el primer día después de la rehidratación. El proceso de
recuperación para el tardígrado fue lento requiriendo 2 semanas para que
volviese a andar y comer, puso 19 huevos, de los cuales 14 puestos con éxito.
El tiempo que tarda el huevo de la muestra después de la reactivación fue casi
el doble (19 días) el tiempo medio ejercida por todos los huevos (9,5 días). El
otro tardígrado reavivado también se movió ligeramente su cuarto par de patas
en el primer día después de la rehidratación. Sin embargo, no se recuperó con
éxito y murió 20 días después de la rehidratación. El menor que eclosiono desde
el huevo reavivado comió, creció, y se reprodujo sin ninguna deformación
evidente observada. Puso 15 huevos, de los cuales 7 eclosionaron con éxito. Las
crías fueron identificadas morfológicamente como Acutuncus antarcticus, una
especie endémica de la Antártida.”
(Ver nota: http://qubit7.com/tardigrados-30-anos-congelados/
)